Una erupción solar es una violenta explosión en la atmósfera del Sol con  una energía  equivalente a decenas de millones de bombas de hidrógeno.  Las erupciones solares tienen lugar en la corona solar y la cromosfera,  calentando plasma a decenas de millones kelvin y acelerando los  electrones, protones  e iones más pesados resultantes a velocidades  cercanas a la de la luz. Producen radiación electromagnética en todas  las longitudes de onda del espectro electromagnético, desde largas ondas  de radio a los más cortos rayos gamma. La mayoría de las erupciones  suceden alrededor de manchas solares, donde emergen intensos campos  magnéticos de la superficie del Sol hacia la corona. La eficiencia  energética asociada con las erupciones solares podría tardar horas o  días en acumularse, pero la mayoría de las erupciones tardan sólo unos  minutos en liberar su energía.
Las erupciones solares se observaron por primera vez en el Sol en 1859. Se han observado erupciones estelares en otras estrellas.
La frecuencia de estos sucesos varía, de varios al día cuando el Sol está particularmente "activo" a menos de una semanal cuando está "tranquilo". La actividad solar varía en un ciclo de 11 años (el ciclo solar). En la cúspide del ciclo suele haber más manchas en el Sol, y por tanto más erupciones solares.
Vídeos de luzgala.
Las erupciones solares se observaron por primera vez en el Sol en 1859. Se han observado erupciones estelares en otras estrellas.
La frecuencia de estos sucesos varía, de varios al día cuando el Sol está particularmente "activo" a menos de una semanal cuando está "tranquilo". La actividad solar varía en un ciclo de 11 años (el ciclo solar). En la cúspide del ciclo suele haber más manchas en el Sol, y por tanto más erupciones solares.
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